miércoles, 11 de abril de 2012

DEMOCRACIA MAS COSTOSA, ¿MAS EFECTIVA?


Decía en colaboración anterior que algo muy lamentable es que, pesar de la alternancia, las elecciones en los tiempos de la derecha no han dejado de ser motivo de dudas y que este 2012, con las nuevas leyes, no promete mucho.

Es que se creyó, porque así se dijo entre otras cosas, que la reforma electoral aprobada en 2008 haría supuestamente menos onerosas las campañas, que reduciría el costo de la democracia y a la vez la haría más confiable, pero resulta que, aún con todas las restricciones y prevenciones, apenas si se podrá reducir en un 10 % el total de los recursos destinados a las elecciones de este año y lo peor es que, vista ya en la práctica, las supuestas restricciones que impone (a las coaliciones por ejemplo, a los tiempos de precampaña y precampaña y a lo que se llama “período intercampañas” sobre todo) para nada garantizan una mejor práctica democrática.
Una de las cosas que se dijeron para argumentar las reformas al COFIPE, hace 4 años, es que se habían realizado con el objetivo de “garantizar la equidad y la disminución en los costos de la democracia”, y sin embargo en este año el IFE recibió un presupuesto de 10 mil 499 millones de pesos, de los cuales más de 4 mil millones son para pagar sueldos de las más de 132 mil plazas que tiene el instituto, mientras que los partidos políticos recibirán para sostenimiento de sus actividades “ordinarias” menos que eso, 3 mil 361 millones de pesos. Y algo muy lamentable es la inequidad en los montos, que se traduce evidentemente en inequidad en la competencia. De los 3 mil 361 millones 120 mil 841 pesos, el PRI será el que reciba la mayor parte: mil 74 millones 539 mil 708 pesos con siete centavos. Al PAN le fueron asignados 849 millones 568 mil 327 pesos con 89 centavos, mientras que al PRD le corresponde casi la mitad del PAN, 451 millones 490 mil 727 pesos con 45 centavos, y al PT mucho menos, 236 millones 196 mil 279 pesos con 70 centavos.
Esto por no hablar de una realidad que nadie ha querido corregir, a pesar de las evidencias en contra: la “espotización” de nuestra democracia, con el riesgo de que el spot acabe siendo este año, y no el debate de ideas, el gran elector de los comicios. Sólo para ejemplificarlo basta decir que en 2012 los ciudadanos estarán expuestos a más de 5 millones de minutos de promocionales, alrededor de 3 mil % más que en 2006. Se argumenta a favor de esta medida que reduce los gastos de los partidos y socava el control de los medios electrónicos; y sin embargo es sólo apariencia puesto que las televisoras, sobre todo, han encontrado la manera de rebasar las limitaciones, así que es falso que elimina la injerencia de los medios y mucho menos que reduce la inequidad sino antes bien hace más truculento el trato de candidatos y partidos con los medios.
De acuerdo con el propio IFE, en las pasadas elecciones presidenciales el PAN tuvo 70 mil 764 minutos en radio y 16 mil 90 en televisión. En 2012 dispondrá de 1 millón 471 mil minutos en radio y 525 mil 400 en televisión, es decir, tendrá un incremento de 2 mil y 3 mil por ciento, respectivamente.
En 2006, el PRI y el PVEM formaron la Alianza por México y tuvieron 50 mil 501 minutos en radio y 29 mil 282 en televisión. En 2012, sólo el tricolor va a tener 1 millón 29 mil 140 minutos en radio y 367 mil 550 en televisión; es decir, un aumento de 2 mil y 1 mil ciento, respectivamente.
Asimismo, en 2006 el PRD, el PT y Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) crearon la Coalición por el Bien de Todos y tuvieron 11 mil 457 minutos en radio y 5 mil 228 en televisión. En 2012, tan sólo el PRD tendrá 940 mil 380 minutos en radio y 335 mil 850 minutos en televisión. La variación es de 8 mil y 6 mil por ciento.
¡Y a pesar de todas las geniales prevenciones de los autores de este engendro resulta que sólo para gastos de campaña los partidos gastarán adicionalmente mil 680 millones 560 mil 420 pesos 78 centavos, es decir que se gastarán casi 19 millones de pesos al día! Lo que resulta aún más absurdo si consideramos, otra vez, el tema de la inequidad que marca, por así decirlo, la efectividad y alcances de cada partido: de ese total, al PRI le corresponderán 537 millones 269 mil 854.03 y al PAN, 424 millones 784 mil 163.94 pesos, mientras que para el PRD serán 225 millones 745 mil 363.72; para el PT, 118 millones 098 mil 139.85 pesos; para el PVEM, 156 millones 507 mil 101.22; para Movimiento Ciudadano. 103 millones 060 mil 128.93 pesos, y para Nueva Alianza 115 millones 095 mil 669.09 pesos.
Es decir, que no hay duda de que los auténticos beneficiarios de las reformas resultan los dos partidos "grandes", el de Acción Nacional y el Revolucionario Institucional, ni siquiera el de la Revolución Democrática que votó a favor de ellas, y desde luego son en serio detrimento de los partidos llamados "pequeños".
Y conste que no son los únicos indicadores de lo onerosa y a la vez inequitativa que resulta la democracia en nuestro país, la más cara del mundo de acuerdo con datos y cifras de agencias serias de investigación nacionales y extranjeras. Investigaciones, por ejemplo, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES, por sus siglas en inglés) subrayan que el costo del voto en México es 18 veces superior que el promedio de toda América Latina, y más del doble de los pocos casos que se le aproximan —Costa Rica, República Dominicana y Panamá. Ambos organismos coinciden en que el sistema electoral mexicano no sólo es el más oneroso en la región, sino también de una lista de 36 naciones de África, Asia y Europa.
Pero lo peor, insisto, son las mañas para seguir pasando por encima de las leyes, patente en lo que ya ahora mismo está pasando: a falta de la posibilidad de contratar tiempo y espacios por si mismos, que cancelaron las reformas, es común la presencia de candidatos en entrevistas y menciones en radio y televisión hasta en programas "del corazón", es decir, por vías que vulneran el sentido de lo que se aprobó y que hacen de nuestra democracia un juego de mercadotecnia, una lucha por posicionar “productos” más que una competencia política de ideas y propuestas.
Lo más lamentable de todo es que todas estas situaciones lo único que generan es desánimo y desconfianza social, que se fortalezca cada vez más la convicción entre los ciudadanos de que es necesaria una “despolitización” y una “despartidización” de nuestra política que algunos oportunistas traducen en rechazo a toda la política y abstención o “voto en blanco” como si fuera eso realmente un recurso para la transformación social y no un mero recurso del inmovilismo, como efectivamente lo es.
Porque lo que necesitamos es un cambio, una auténtica transformación, la cual sólo podrá hacerse factible de una manera: alentando mayor participación e injerencia de los ciudadanos en la política.
Me refiero al tema de la democracia directa, el discurso que fue en un momento de Luis Donaldo Colosio, que desde luego ya ha olvidado el PRI y hoy sólo reivindica el Proyecto Alternativo de Andrés Manuel López Obrador.
"Vamos, amigas y amigos, por la Presidencia de México; el poder ciudadano a la Presidencia de la República. La iniciativa popular a la Presidencia de la República, para que gane México, para que ganemos todos". Estas fueron las últimas palabras de Luis Donaldo en Lomas Taurinas, hace ya casi 18 años, y valdría la pena recordarlo.
Sobre todo cuando tantos se adjudican la bandera de “la sociedad” y se abrogan el derecho de hablar por la “opinión pública”, usándolas como pretexto, precisamente, para socavar el poder de la sociedad y de la opinión pública.
Alentemos pues, la reflexión seria.

Publicado en Unomasuno el 21 de febrero de 2012.

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